4/Septiembre/2024
Por Luis Rojas
En el reconocido texto El desarrollo del subdesarrollo de 1969[1], uno de los precursores de la teoría de la dependencia en América Latina, el economista André Gunder Frank desarrollaba la tesis de que el subdesarrollo no era una etapa previa al desarrollo, como afirmaban los teóricos de la modernización capitalista, sino que más bien es una situación económica desventajosa que se deriva del proceso de desarrollo de los países centrales en el sistema económico mundial. Es decir, el desarrollo de unos países causa el subdesarrollo de otros, pues los primeros se nutren y fortalecen a expensas de la explotación o el despojo de los segundos.
Salvando las distancias de tiempo y escala, lo dicho es una metáfora que describe lo que actualmente está sucediendo de diferentes formas en Paraguay en sus diversos territorios o áreas. Como muestra de ello, podemos observar lo que está ocurriendo en el segundo municipio más grande del país, Bahía Negra, situado al norte en el extremo del Chaco paraguayo, que se extiende de este a oeste haciendo frontera con Bolivia y Brasil, abarcando un territorio muy extenso, y para la gran mayoría, desconocido. Su tamaño es de 3,5 millones de hectáreas, mayor a la superficie de los departamentos de Concepción y Amambay juntos.
En los últimos años, el territorio del Chaco viene sufriendo una expansión acelerada de una economía primario exportadora, extractivista, orientada fundamentalmente a las exportaciones agropecuarias. La ganadería es la principal actividad económica, secundada por monocultivos como los de soja, sorgo, trigo y algodón. La expansión de estas actividades tiene un altísimo costo en términos de deforestación y pérdida de biodiversidad, así como en la pérdida de los derechos territoriales de diferentes pueblos indígenas, y su consecuente proceso de empobrecimiento y degradación social.
El actual presidente Santiago Peña viene repitiendo un discurso, en consonancia con los gremios empresariales, sobre el supuesto desarrollo del Chaco paraguayo. En una visita a la localidad de Loma Plata manifestó que “Para los paraguayos es fundamental venir a ver lo que está ocurriendo aquí en el Chaco, hay mucha gente a nivel nacional e internacional que no puede creer lo que ha sido esta región, que es la más inhóspita y árida del país, pero sin embargo es uno de los polos de desarrollo más importante”[2]. El nuevo polo de desarrollo señalado por Peña profundiza la inserción subordinada del Paraguay a la economía mundial en carácter de proveedor de materias primas, lo que fortalece y profundiza la cualidad de país subdesarrollado y dependiente que lo ha caracterizado desde hace más de un siglo.
Es innegable que el Chaco está sufriendo una gran transformación. Desde 1996, una oleada de ganaderos brasileños de la mano del entonces presidente Wasmosy se han instalado en esta región y otras similares, gracias a diversos privilegios, impulsando la expansión ganadera sobre los frágiles ecosistemas chaqueños y sobre territorios indígenas. Posteriormente se sumaron a esa oleada empresarios uruguayos y de otras nacionalidades, que vienen acaparando tierras de forma creciente. A la actividad ganadera se ha sumado el impulso a la agricultura mecanizada, que ha tenido resultados dispares, con magros resultados en rubros como la soja, en contraste a un importante crecimiento en otros como el algodón.
La localidad de Agua Dulce se ha constituido la cabeza de puente de la actual expansión agroganadera, en el centro económico y logístico para la transformación a gran escala de Bahía Negra. Ubicada en el centro geográfico del distrito, en el cruce de las dos rutas (de tierra) principales, la 14 y la 16, queda a 170 kilómetros al oeste de la capital del municipio, el aislado poblado ribereño de Bahía Negra. Se encuentra ubicada en las inmediaciones de la mayor reserva natural del país, el parque nacional Defensores del Chaco, que ya se ve amenazado por la extensión de las actividades mencionadas.
Mientras una veintena de grupos económicos y grandes terratenientes se van apoderando de la mayor parte del distrito, y expandiendo sus unidades de negocios, en gran medida en base a la deforestación de los frágiles ecosistemas chaqueños, la población mayoritaria queda al margen de ese supuesto desarrollo. Muchas comunidades indígenas han sido, y siguen siendo, despojadas de sus tierras, como el caso del pueblo Yshir, el pueblo Ayoreo y los Guaraní Ñandeva. La población del distrito manifiesta el total abandono en que se encuentran, la gran mayoría no tiene trabajo, y sus territorios se vienen destruyendo, imposibilitando continuar con las tradicionales prácticas de caza, recolección y pesca.
Los grandes dueños del Chaco paraguayo expanden sus dominios. Entre los principales están el empresario uruguayo Luis Saps cuenta con al menos 24 propiedades que suman 95.772 ha[3], solo en Bahía Negra; el establecimiento Los Molinos S.A de capital holandés, con 61.923 ha; el Grupo Mao (ex grupo B&R) con 11 propiedades y 44.000 ha. Hay otros grandes propietarios extranjeros, como el uruguayo Horacio Fernández Seré y el brasileño Jair Antonio Frasson, así como otros de capital nacional, el grupo Zapag, el empresario Pedro Zucolillo y empresas menonitas, como Neufeld y Cía. S.A.
El narcotráfico y otras actividades ilícitas crecen en paralelo a la expansión de este modelo extractivo, con complicidad, por acción u omisión, de las instituciones estatales. Las tierras malhabidas e irregularmente apropiadas también gozan de impunidad en estos territorios, mientras las demandas indígenas y campesinas siguen sin encontrar respuestas favorables. Bahía Negra repite la historia ya conocida, el “desarrollo” y enriquecimiento de algunos, que ni siquiera pagan impuestos, se da a costa del empobrecimiento y la marginación de muchos más, y de la irrecuperable destrucción de la belleza natural de los territorios. Definitivamente, el subdesarrollo llegó al Paraguay para quedarse por un largo tiempo.
[1] Frank, André Gunder (1969) El desarrollo del subdesarrollo. Anagrama
[2] https://www.launion.com.py/santiago-pena-afirma-que-el-desarrollo-del-chaco-es-compatible-con-el-medioambiente-202317.html
[3] Datos del Servicio Nacional de Catastro, disponible en https://www.catastro.gov.py/index