
Por Heñói.
21 de julio de 2022
No les basta con invadirnos con soja transgénica y eucaliptus australianos. Ahora nos enchufan la pongamia declarándola “nativa”, para enriquecer a un brasileño y unos cuantos holandeses. Aquí la historia.
En el año 2011 el equipo que gestó Heñói estaba en el efímero gobierno democrático (2008-2012) que vivió el país; concretamente, en el SENAVE, intentando poner algo de orden en la gestión de agrotóxicos y de cultivos transgénicos. En ese contexto, creamos una lista para legalizar el acervo fitogenético y la agrobiodiversidad del Paraguay. La lista se llama “Listado de poblaciones criollas y nativas que podrán ser utilizadas como material de propagación sin entrar en un sistema de certificación y fiscalización”. El objetivo era contar con un instrumento que proteja la rica agro-biodiversidad de nuestros pueblos contra la biopiratería.
Once años después, el régimen neoliberal que luego del golpe (2012) recuperó el gobierno, pone ese instrumento al servicio de los agronegocios. Por medio de la inclusión de especies exóticas, blanquean la reciente e ilegal introducción al Paraguay de la Millettia pinnata (Pongamia), un árbol originario de Asia, vigoroso invasor, muy adaptable a diferentes tipos de terreno, tolerante a la sequía, el calor y la radiación solar. El aceite de semillas de pongamia no es apto para el consumo humano, pero puede utilizarse para producir biodiésel.
Este árbol aparece en los planes de la empresa brasileña ECB Group, que está construyendo una mega refinería de “biocombustibles” en Villeta. La empresa anunció haber firmado un contrato a 30 años con la empresa holandesa Investancia[1], por la provisión de 300,000 toneladas anuales de “aceite de reforestación”. Para cumplir estos compromisos, Investancia habría comenzado a plantar 125,000 hectáreas (50 millones de árboles) en la zona de Carmelo Peralta, en el Chaco Paraguayo, territorio del pueblo Ayoreo, que aún vive en aislamiento voluntario.
Un monocultivo de esas características en ecosistemas tan frágiles como los chaqueños generará pérdida de biodiversidad, alteración del régimen hídrico, y una clara vulneración de los derechos de ese pueblo indígena.
Además, vale la pena preguntarnos cómo es que grandes empresas extranjeras logran un estado a su servicio:
- Rastreando los registros del SENAVE, la pongamia se incorporó al listado de “poblaciones criollas” en 2020; sin embargo, Investancia importó al menos 1.000 plantines en 2016 y 350 plantines en 2019[2]. ¿Al amparo de qué figura legal lograron importar estos plantines?
- La cantidad de plantines importados alcanza a cubrir 3 hectáreas de cultivo. ¿Con qué plantaron las restantes 124.997 hectáreas?
- La especie no está incluida en el registro de cultivares protegidos ni en el registro de cultivares comerciales. Por el contrario, sí fue incluida en el listado de especies nativas y criollas[3]. ¿Desde cuándo es criolla la pongamia? ¿Quién la conoce?
- La empresa ECB Group, en uno de sus encendidos “descargos” ante las críticas, afirma textualmente que “El proceso de certificación del origen de las materias primas utilizadas en la planta de Omega Green es una condición básica para garantizar la acreditación de la producción renovable y la sostenibilidad basada en el ciclo completo de emisión de carbono” (…) “La condición de garantizar el origen de la materia prima es también un requisito contractual para abastecer los mercados europeos y norteamericanos.” Sin embargo, la Resolución Nº 365 del SENAVE que “legaliza” la existencia de la pongamia en Paraguay, dice expresamente que las especies listadas en esa resolución “(…) podrán ser utilizadas como material de propagación sin entrar en un sistema de certificación y fiscalización”. Entonces, ¿Cómo va a hacer Omega Green para certificar la pongamia que usará como materia prima?
Nos ratificamos en afirmar que ningún monocultivo es sostenible. El biocombustible que Omega Green va a producir en Paraguay no es una solución para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero. Por el contrario, es una falsa solución, e implica mayores emisiones de gases que las que pretende evitar.
Omega Green es una fábrica para satisfacer necesidades ajenas, al costo de nuestros ecosistemas, nuestras aguas, nuestro aire, la salud de nuestra gente, y nuestra soberanía.
[1] Blog Biocombustible avanzado (2021): https://bit.ly/3wBtXLz; ECB Group (2021): https://bit.ly/30cCMjg
[2] Fuente: Elaboración propia a partir de planillas de VUE y VUE, SENAVE.
[3] Fuente: SENAVE, a través del Portal Unificado de Información Pública, solicitud Nº 57138
Fotos: elaboración propia a partir del video Pongamia Pinnata Project
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