
El Paraguay actual es el resultado del genocidio y remate de la soberanía nacional que significó la guerra contra la Triple Alianza en el siglo XIX. Desde entonces, el acceso a la tierra en Paraguay se ha dado por tres vías, la colonización oficial, las ocupaciones y recuperaciones de tierra, y a través del mercado. El avance de los latifundios, el agronegocio y la extranjerización de los territorios con apoyo del Estado oligárquico, frente a la lucha y resistencia del campesinado y los pueblos indígenas, han determinado distintos escenarios territoriales, por lo general favorables a los primeros.
El resultado ha sido un gran acaparamiento de tierras en poder de los terratenientes. Sin embargo, también tenemos asentamientos conquistados y consolidados como el de Crescencio González; otros territorios se encuentran en disputa, bajo ataque y asediados por los actores del agronegocio con la complicidad de los sucesivos gobiernos, como viene ocurriendo en Guahory. Cuando desde la Federación Nacional Campesina pensamos en Guahory para la realización del estudio con el equipo de Heñói, consideramos que es un caso estratégico porque en él se encuentran lecciones, aprendizajes y desafíos productivos, políticos, sociales y culturales que se pueden observar con mucha claridad, por ser un caso en movimiento, en resistencia, en lucha.
La gran lección del proceso es que la defensa y recuperación de Guahory es un pedazo de soberanía nacional reconquistada. Asentamiento campesino que ya se encontraba en manos de extranjeros, y que detrás de ese avance y los desalojos se desarrollaba un proceso de acaparamiento territorial más amplio amenazando a todos los asentamientos de la zona.
A partir de la inserción de la FNC con una línea de lucha de masas, de participación y determinación asamblearia de la resistencia organizada frente a la represión y el desalojo, Guahory se convirtió en un centro de resistencia nacional. Con toda la tarea política realizada a nivel país, la lucha por recuperar Guahory se instaló como causa nacional, generando amplia adhesión, solidaridad, apoyo y acompañamiento de diferentes sectores de la sociedad, lo que fue fundamental para la recuperación del asentamiento.
En ese proceso se destacó la importancia, el coraje y la acción de las mujeres en la lucha por la tierra. Las compañeras en todo momento estuvieron en la primera fila de la resistencia contra los atropellos y desalojos, protagonismo sin el cual no se hubiera podido recuperar el asentamiento. Gracias a la política acertada de ir conquistando pedacito por pedacito, se logró un avance sostenido en el territorio conquistado para defender y disputar la totalidad del asentamiento; aún persiste el desafío de lograr y regularizar todas las tierras, dado que casi la mitad del asentamiento se encuentra en conflicto, sin regularización y bajo amenaza latente.
Así también, está presente la presión de parte de los sojeros agroexportadores, para introducir en el territorio el monocultivo principalmente de soja, sumado al abandono por parte de las instituciones del Estado que deben garantizar el acceso a los derechos del campesinado, con políticas públicas que acompañen y fortalezcan la agricultura campesina. Si bien en la actualidad hay una recuperación de la producción tradicional, siguen las amenazas del modelo del monocultivo y el agronegocio.
La forma en la que se desarrollaron los múltiples desalojos en Guahory, con el objetivo de acaparar las tierras para el ingreso de la soja, también tenía un objetivo ejemplificador que buscó desmoralizar al campesinado para que desista de la lucha por la tierra, pero que, sin embargo, gracias a la organización, a la línea acertada impulsada por la FNC, la articulación con diferentes sectores en la lucha, se pudo revertir la situación, se levantó la moral de la comunidad que siguió luchando, y hoy podemos decir que Guahory nuevamente es una comunidad campesina. A partir de esta experiencia vitoriosa del campesinado, sigue el acompañamiento para la defensa de los demás asentamientos en Tembiaporá, que están en permanente amenaza. Guahory forma parte del acompañamiento para la resistencia, la lucha y la defensa de las comunidades. Es un lugar donde están compañeras y compañeros conscientes de la importancia de la lucha por la reforma agraria en nuestro país. Hoy, Guahory es un pedazo de soberanía nacional.
Comité Ejecutivo Nacional
Federación Nacional Campesina
(FNC)
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