XXIX Marcha Campesina Indígena y Popular. ¿Por qué marchamos?

Una vez más, la dignidad campesina, indígena y popular retumbará en las calles de la capital del país. Retumbará en las gargantas de miles de compatriotas, las justas demandas de Tierra, Territorio, Trabajo y Soberanía. Es el eco recurrente de nuestra historia, los gritos que emergen de las injusticias. Son los sectores excluidos, perseguidos, estigmatizados, quienes con alegría y generosidad año tras año nos recuerdan que hay esperanzas, que hay salidas, que puede haber futuro para todos y todas.

Aunque muchos sectores de la sociedad intentan no ver o ningunear la marcha de cada año, y la traten como parte del paisaje de cada marzo, la Federación Nacional Campesina desde hace 29 años la sostiene como expresión visible de la lucha organizada del campesinado y los sectores populares, como ratificación de su existencia a pesar de las persecuciones y el abandono que sufren, como reafirmación de la verdadera alternativa que constituye la agricultura campesina e indígena en la crisis actual.

Frente al abismo negro de la desesperanza que significan la deteriorada situación económica y social, la crisis climática y ambiental, la política ejercida de espaldas al pueblo, los sectores populares demandarán TIERRA, TERRITORIO, TRABAJO Y SOBERANÍA, como elementos fundamentales para la construcción colectiva de una patria nueva. 

¿Por qué TIERRA? Porque campesinas, campesinos, indígenas y la clase trabajadora de las ciudades, ya no tienen lugar para producir y vivir. La concentración de la tierra en el país alcanzó niveles grotescos de desigualdad: el 2% de propietarios latifundistas poseen el 85% de la tierra, muchas de ellas apropiadas de forma ilegal. Redistribuyendo la tierra se puede aumentar el empleo, la producción de alimentos y el bienestar de las familias paraguayas.

¿Por qué TERRITORIO? Porque las comunidades campesinas e indígenas han venido siendo expulsadas de los mismos, los cuales han sido devastados, deforestados, contaminados, por un modelo de producción extractivo que privilegia el dinero sobre la vida. El territorio debe volver a ser espacio común para la multiplicación de la biodiversidad, para hacer frente a la crisis climática y generar formas de producción sostenibles e incluyentes.

¿Por qué TRABAJO? Porque el desempleo, subempleo y las diferentes formas de trabajo precario, son realidades extendidas que degradan las condiciones de vida de la población, generando pobreza, desarraigo, migración, violencia, depresión. El trabajo en condiciones dignas debe ser el motor del desarrollo económico y social, la fuente de bienestar y realización de todos y todas.

¿Por qué SOBERANÍA? Porque el país fue convertido en una colonia del capital internacional, dependiente del financiamiento, la producción, las decisiones extranjeras. Una patria nueva requiere reconquistar nuestra soberanía, en el más amplio sentido: política, económica, alimentaria, energética, cultural.

Por todo esto marchamos. Y porque sabemos que el pueblo organizado y movilizado, es la única fuerza capaz de frenar la barbarie y proponer alternativas que nos permitan ejercer nuestros derechos. Marchamos para vivir dignamente en esta tierra generosa a la que pertenecemos todos y todas quienes la habitamos.

Foto: Susana Balbuena – Heñói

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