Como pueblos y comunidades organizadas de Latinoamérica y el Caribe, nuestra Abya Yala, declaramos:

¡La industria de la biomasa es otra amenaza a nuestras vidas!
¡No queremos seguir muriendo por la industria agro-forestal!
¡La bioenergía destruye la biodiversidad!
El desastre climático se está saliendo de control: Mercados de bonos de carbono, monocultivos forestales, la deforestación masiva que promueve la ganadería intensiva, y los megaincendios en los territorios indígenas, está cobrando más vidas que cualquier año anterior, llevándolo a la categoría de emergencia sanitaria[1]. Estos daños irreparables a las comunidades, la Naturaleza y al clima, son permitidos por los Estados cómplices de la expansión de proyectos extractivistas y coloniales, altamente violentos y destructivos para quienes habitamos estos lugares.
En este contexto de descontrol, una vez más las corporaciones han acudido al fuego como herramienta del despojo, amparado en la corrupción de los organismos de justicia y los mercenarios de los incendios, manipulando la información a través de la mentira y amparados en una “legalidad” inescrupulosa; promoviendo cambios de leyes y normativas en contra de la preservación de los bosques, el agua, y la biodiversidad, “liberando” nuevos millones de hectáreas de lo que antes fue selva o bosques, generando graves vulneraciones a los Derechos Humanos.
Estas corporaciones son muy activas en normalizar la narrativa de una “transición energética limpia”, la cual implica un aumento exponencial de las infraestructuras y proyectos extractivos en diferentes regiones de Latinoamérica y El Caribe, que han sido consideradas el almacén de los mal-llamados “recursos naturales” del planeta; convirtiendo cada lugar y vida presente, en un potencial kilowatt -verde y barato- permitiendo que aumente la economía extractivista y destructiva.
Por eso, las organizaciones que firmamos esta declaración, identificamos no solo los intereses de las grandes petroleras en controlar los últimos sumideros de su preciado hidrocarburo fósil, sino también, los de la Gran Industria de Biomasa, como una de las más peligrosas y falsas soluciones al cambio climático; una artimaña mercantil que intenta hacernos creer que las plantaciones agro-forestales de monocultivo destinadas a quemar combustible para la producción de energía, salvarán a la humanidad del encarecimiento del petróleo. Sabemos que lo único que puede “crecer” es la vida misma y todo lo que contribuya a su pleno desarrollo libre de amenazas y prácticas destructivas. Una economía basada en la muerte y la quema de los bosques. El modelo forestal y agrícola para la producción de Bioenergía, es una inversión centrada en la destrucción de la diversidad y de lo que somos. Denunciamos además la manipulación mediática que este modelo ejerce sobre la opinión pública, utilizando narrativas desinformativas que tergiversan las consecuencias y afectaciones sufridas por comunidades y pueblos.
Exigimos a los Estados y corporaciones cumplir el derecho,y los lineamientos de los objetivos de desarrollo sostenibles, para respetar la soberanía de los pueblos y permitir perpetuar los saberes ancestrales de nuestros/as antepasados/as en nuestros territorios, así como restaurar la VIDA; que es y será la fuente de cualquier crecimiento futuro en la Tierra.
Firman:
- Colectivo VientoSur, Wallmapu-Chile
- Coordinadora de Justicia Climática, República Dominicana
- Fundación Pongo, Chile
- Permanecer en la Tierra, América Latina y el Caribe
- Red por la Superación del Modelo Forestal, Chile
- AXIAL Naturaleza y Cultura, Paraguay
- HEÑÓI Centro de Estudios, Paraguay