El pasado 27 de octubre la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución sobre la crisis bélica en Gaza, que pide “una tregua humanitaria inmediata”, que “todas las partes cumplan con el derecho internacional humanitario” y que se provean “suministros y servicios esenciales a la franja de Gaza”. La resolución tuvo 120 votos a favor, 14 en contra y 45 abstenciones. Paraguay votó en contra, sumándose al pequeñísimo grupo de países liderados por Estados Unidos e Israel, que consideran que el asesinato de miles de civiles inocentes no merece repudio.
Según el Consejo de Seguridad de la ONU que, de las 8.525 muertes registradas hasta la fecha en Gaza, el 70% son niños y mujeres: 3200 niños han sido asesinados en Gaza en tres semanas, superando el número de niños asesinados anualmente en todas las zonas de conflicto del mundo desde 2019. Además de la confirmación de la utilización de fósforo blanco en los ataques sionistas contra la población Palestina.
Esta votación no vinculante debería tener algún peso moral dada la universalidad de la membresía de la ONU. Lamentablemente Israel criticó la resolución y contrariando la opinión mayoritaria de los gobiernos del mundo, amplió la operación militar y recrudeció los bombardeos, con su secuela de dolor y muerte. Para este centro de estudios no es sorprendente la posición del gobierno paraguayo, completamente alineado a los intereses de Estados Unidos y su protectorado sionista. Si el gobierno paraguayo no defiende los intereses de nuestro propio pueblo, poco podemos esperar de su compromiso con la defensa de la vida palestina.
Como personas comprometidas con la lucha contra el colonialismo y la dominación, vemos la lucha del pueblo palestino contra la ocupación y el apartheid como nuestra, ya que forma parte de la lucha de los pueblos por la justicia económica, política, climática, racial. Decenas de miles de palestinxs han sido asesinadxs durante décadas como resultado de la ocupación ilegal de Palestina por parte del estado sionista de Israel; rechazar un pedido de alto el fuego en Palestina es equivalente a celebrar estos asesinatos de inocentes y la larga lista de violaciones al derecho humanitario internacional cometidas.
En tal sentido, repudiamos enérgicamente la orientación del voto del gobierno paraguayo y nos sumamos al clamor global de un cese inmediato de los ataques. Instamos a los pueblos del mundo a declarar inaceptable la situación, a romper el silencio cómplice ante los discursos islamofóbicos y racistas que son escandalosamente tolerados por las plataformas tecnológicas, a poner fin al genocidio palestino.
No es una guerra, es un genocidio. El Estado de Israel no puede alegar derecho a la defensa puesto que se constituye en potencia ocupante de un territorio donde históricamente existe y resiste el pueblo Palestino.
Finalmente, invitamos a todas las personas sensibles y conscientes a sumarse a la marcha de este sábado 4 de noviembre, a las 17:30 h., frente al Panteón de los Héroes.